Documento
1. El Manifiesto de Sandhurst.
Alfonso de Borbón, ante la
situación de desgobierno y ausencia de
libertades existente en España, considera que la única alternativa para
conseguir la paz y el orden es la restauración de la monarquía constitucional,
representativa, abierta a todos los españoles y que integre a todas las fuerzas
políticas y se pone a disposición de las Cortes.
Este Manifiesto refleja una
ideología moderada, contraria al radicalismo.
Finalmente nos encontramos
con la creación del sistema canovista.
Documento
2. Principales características de los partidos del turno.
Entre el Partido Conservador
y el Partido Liberal había diferencias ideológicas y también por lo que se
refiere a su composición (los grupos políticos que lo formaban) y a sus bases
sociales.
-
En cuanto a su ideología, los conservadores
defendían el orden, los valores establecidos por la Iglesia y la propiedad,
mientras que los liberales abogaban por las reformas sociales, la educación y
un cierto laicismo.
-
Las bases sociales del Partido Conservador
eran la burguesía latifundista y financiera, la aristocracia y la jerarquía
católica, mientras que las del Partido Liberal eran la burguesía industrial y
comercial, las profesiones liberales y los funcionarios, más las clases medias.
-
El Partido Conservador se había formado por
la unión de los liberales moderados, unionistas y parte de los progresistas, y
el Partido Liberal integraba parte de los progresistas, demócratas y ex
republicanos moderados.
Documento
3. La Constitución de 1876.
Los artículos seleccionados
reflejan algunas de las ideas esenciales de la Constitución de 1876:
-
Se declara el estado confesional y se
encomendaba el mantenimiento del culto, pero se introducía la libertad
religiosa, aunque limitada a las manifestaciones privadas.
-
Se reconoce la separación de poderes: la
potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el rey (art. 18) y la
potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el rey (art. 50).
-
Se establece un sistema bicameral: las Cortes
se componen de dos Cuerpos Colegisladores, iguales en facultades, el Senado y
el Congreso de los Diputados (art. 19).
Documento
4. El sistema político de la Constitución de 1876.
El rey compartía con las
Cortes el poder legislativo, además de tener derecho de veto y la facultad de
convocar y disolver las Cortes; ostenta, además, el poder ejecutivo, nombra y
cesa al gobierno y designa algunos senadores. Las Cortes compartían el poder
legislativo con el rey.
Documento
5. Mapa del caciquismo en España, Almanaque
Gedeón, 1898.
Se trata de un mapa que
representa el caciquismo en España. Las figuras que aparecen deben ser los
principales protagonistas de este sistema caciquil en cada provincia,
probablemente el gobernador civil.
Documento
6. El fraude electoral y el turno de partidos.
En el texto se describe una
forma muy frecuente de fraude electoral: la alteración de los censos mediante
la inclusión de personas inexistentes y/o fallecidas. También se señala que
alguna vez se instalaron colegios electorales en la sede del partido del
gobierno, aunque estaba prohibida la entrada a las personas que no eran socias
del mismo.
La caricatura hace
referencia al turno pacífico en el poder de los dos grandes partidos de la
época: el Partido Conservador y el Partido Liberal.
Documento
7. Mecanismo del fraude electoral.
El proceso por el que se
realizaba el fraude electoral era el siguiente: el ministro de la Gobernación
elaboraba el “encasillado” (con el nombre del futuro parlamentario en cada
“casilla” del mapa electoral) y luego se negociaba en las provincias los
candidatos por distrito. Después los gobernadores civiles se encargaban de controlar a los electores, de forma que
votaran al candidato designado previamente. Para ello daban instrucciones a los
alcaldes, nombrados por dichos gobernadores, y contaban con la ayuda de los
caciques locales.
Si este proceso resultaba
insuficiente para asegurar la elección del candidato designado, eran frecuentes
las alteraciones de las actas o el voto de personas inexistentes en el censo.
La manipulación directa de los resultados electorales recibía el nombre de
pucherazo. En última instancia, el propio gobierno disponía en el Congreso de
mayoría en las comisiones que daban por buenas las actas electorales, pudiendo
anular aquellas que le fueran desfavorables.
Documento
8. Presidentes del Gobierno durante la primera etapa de la Restauración.
La tabla explica los
presidentes de gobierno (y el partido al que pertenecían) que se sucedieron en
España desde diciembre de 1874 a marzo de 1899. Esta época corresponde al
llamado sistema canovista y al turno de partidos de la Restauración.
Casi siempre gobernaban los
mismos partidos porque se pactó un turno pacífico de los dos grandes partidos:
el Partido Conservador y el Partido Liberal. El turnismo o turno pacífico fue
uno de los elementos fundamentales del sistema de la Restauración. Su origen
estuvo en la exigencia de Sagasta de que el rey llamase a gobernar en el año
1881 a su partido como alternancia al de Cánovas. La cesión del rey a esta
petición instauró el precedente del relevo pacífico en el poder y alejó el
riesgo de pronunciamientos y motines. Lo normal en este relevo era que antes
existiese un cierto desgaste del gobierno y que la oposición presionase para
que se produjera el cambio. Pero en la práctica esto no era lo esencial: se
instauró un acuerdo tácito de que los dos partidos que apoyaban la monarquía de
Alfonso XII se turnarían en el poder, mediante la manipulación del proceso
electoral, de un verdadero fraude que permite hablar de democracia puramente
formal o “sistema liberal sin democracia”.
Los rasgos esenciales de la
Constitución de 1876 eran los siguientes:
- La soberanía compartida rey-Cortes, al entender que ambas
instituciones son parte de la “constitución histórica o interna” de España.
- El derecho de sufragio se dejaba pendiente (art. 28) al no
precisar el sistema de votación. Dos leyes electorales definirán este derecho:
la de 1878, que retomó el sufragio censitario, y la de 1890, que recuperó el
sufragio universal.
- Se declaraba al Estado confesional y se le encomendaba el
mantenimiento del culto, pero se introducía la libertad religiosa, aunque
limitada a las manifestaciones privadas.
Documento
9. El ejército regular español atacando a las tropas carlistas en Oteiza
(Navarra).
El carlismo, tras su derrota
en 1876, entró en una fase de decadencia y reajuste interno, sin capacidad para
conseguir sus objetivos por la vía militar.
Documento
10. Jura de la Constitución por la reina regente.
La muerte de Alfonso XII
puso en peligro todo el sistema de la Restauración, porque, aunque la reina
estaba embarazada, Alfonso XII no tenía aún un heredero varón y cabía la
posibilidad de que Isabel II reclamase de nuevo el trono.
Los protagonistas de la
Restauración se pusieron de acuerdo para estabilizar la situación política.
Para evitar el regreso de Isabel II al trono y asegurar la corona para el hijo
de María Cristina, se llegó a un acuerdo de turno pacífico en el poder, en el
llamado Pacto de El Pardo, por el que Cánovas cedía el gobierno al Partido
Liberal. Con este turno pacífico el sistema se consolidada, mientras que la
regente se mantuvo al margen del juego político. De esta forma la continuidad
quedaba asegurada con la regencia de la reina viuda, la cual garantizó la
sucesión de su hijo, el futuro Alfonso XIII.
Documento
11. Población española con derecho a sufragio (1869-1890).
Las variaciones en el número
y porcentaje de derecho al voto en las elecciones se deben a los cambios en las personas con
derecho a voto (el tipo de sufragio) en las diferentes elecciones.
-
Las elecciones a Cortes Constituyentes de 15
de enero de 1869 se hicieron mediante sufragio universal masculino, con casi
cuatro millones de electores, hombres mayores de 25 años.
-
La ley electoral de 1878 eliminó el sufragio
universal masculino, reconocido en 1868. Se justificaba la reforma conservadora
por la necesidad de “educar” al electorado y de introducir cambios que
limitaran la injerencia gubernamental. La ley electoral de 1878 marcó el
carácter selectivo y autoritario del sufragio, pues redujo el censo de votantes
a poco más de 800.000 españoles, hombres mayores de 25 años y que pagaran al
Tesoro 25 pesetas anuales por contribución territorial. En la práctica, la ley
privaba del derecho al voto a cinco de cada seis ciudadanos mayores de 25 años.
-
La ley electoral de 1890 introdujo el
sufragio universal masculino, con la oposición de los conservadores, porque
pensaban que sería origen de una revolución o que favorecería la corrupción.
Pero aunque en teoría introducía la democracia, en la práctica nada cambió. El
derecho al voto se reducía a los hombres mayores de 25 años, lo que suponía
elevar el censo electoral a unos 5 millones de electores. España se situó con
esta medida en la avanzada de los países que habían introducido el sufragio
universal masculino: solo Francia, Suiza y Grecia reconocían ese derecho.
Documento
12. La opinión de Cánovas sobre el sufragio universal.
Cánovas opinaba que el
sufragio universal era “una malísima institución política, una institución
incompatible con todo ordenado régimen político, y más si ese régimen es el
monárquico, (…) es incompatible a la larga con la propiedad individual, con la
desigualdad de las fortunas y con todo lo que no sea un socialismo desatentado
y anárquico. El sufragio universal no puede ser más que un instrumento de
socialismo o una farsa vil”, como según su opinión había ocurrido en el pasado.
Documento
13. Las ideas de José Martí.
El derecho del pueblo cubano
a luchar por su independencia.
Documento
14. Caricatura sobre la guerra de Cuba.
Se representa a Cuba como un
niño que abandona la tutela de España, caricaturizada como un cocodrilo con la
leyenda “El viejo mundo”, para irse de la mano de un caballero, que simboliza a
los Estados Unidos de América.
Documento
15. Litografía estadounidense sobre la explosión del acorazado Maine.
La explosión del acorazado
estadounidense Maine, anclado en el puerto de La Habana, en la que hubo 266
víctimas, en febrero de 1898, fue el pretexto utilizado por Estados Unidos para
declarar la guerra a España el 25 de abril de ese año.
Documento
16. Tras el desastre.
Silvela denuncia el estado
de postración, decadencia y resignación en que se encuentra nuestro país tras
la derrota en la guerra contra Estados Unidos a finales de 1898 y la pérdida de
los últimos restos del antiguo imperio español.
El gobierno formado en marzo
de 1899 y presidido por Francisco Silvela fracasó. Por lo que respecta al
regeneracionismo intelectual, tuvo más éxito, sobre todo en el caso del
ingeniero aragonés Joaquín Costa.
Documento
17. Retrato del pretendiente Carlos VII en 1876.
Los partidarios de Carlos
VII habían sido derrotados y, tras la tercera derrota, el carlismo entró en una
fase de decadencia y reajuste interno, sin capacidad para la vía militar.
Documento
18. Enric Prat de la Riba.
Intelectual catalán de
finales del siglo XIX, portavoz del nacionalismo burgués.
Enric Prat de la Riba i
Serrà fue un político catalán nacido en 1870 y fallecido en 1917. En 1906, tras
la creación de Solidaridad Catalana, publicó La nacionalidad catalana, obra que fijó la teoría del nacionalismo
conservador catalán. Presidente de la Diputación de Barcelona desde 1907, fue
nombrado presidente de la Mancomunidad de Cataluña (1914-1917). Trabajó en pro
de la lengua y la cultura catalanas.
Documento
19. El racismo de Sabino Arana.
El texto de Sabino Arana ensalza
las virtudes de los vizcaínos
(inteligentes, hábiles, laboriosos, dignos, aseados, cultos, educados,
etc.) frente a los “defectos” de los españoles (carentes de inteligencia y
habilidad, perezosos, vagos, sin dignidad, sin educación…).
Documento
20. Dibujo que idealiza la sociedad tradicional
vasca.
El dibujo idealiza la
sociedad vasca, sus costumbres, su folclore, su geografía, etc.
Documento
21. Caricatura de Emilio Castelar.
Emilio Castelar dirigía el
Partido Posibilista o republicano histórico, el más moderado de los partidos de
orientación republicana. Su moderación hizo que, tras la aprobación del
sufragio universal en 1890, se
integrase en el sistema, renunciando a sus planteamientos radicales.
Documento
22. Cartel de la Unión General de Trabajadores.
La Unión General de
Trabajadores se fundó en 1888.
Documento
23. Atentado anarquista en Madrid contra Alfonso XII.
La estrategia de lucha del
anarquismo pretendía la captación de seguidores y la acción terrorista.
CONCEPTOS
Turnismo:
Se
denomina así el turno pacífico en el gobierno de los dos grandes partidos (el
Partido Conservador y el Partido Liberal) en las últimas décadas del siglo XIX.
Fue uno de los elementos fundamentales del sistema de la Restauración. Su
origen estuvo en la exigencia de Sagasta de que el rey llamase a gobernar en el
año 1881 a su partido como alternancia al de Cánovas. La cesión del rey a esta
petición instauró el precedente del relevo pacífico en el poder y alejó el
riesgo de pronunciamientos y motines.
Lo normal en este relevo era
que antes existiese un cierto desgaste del gobierno y que la oposición
presionase para que se produjera el cambio. Pero en la práctica esto no era lo
esencial: se instauró un acuerdo tácito de que los partidos que apoyaban la
monarquía de Alfonso XII se turnarían en el poder, mediante la manipulación del
proceso electoral, de un verdadero fraude que permite hablar de democracia
puramente formal o “sistema liberal sin democracia”.
Caciquismo:
Influencia
excesiva que en los asuntos políticos y administrativos de pueblos y comarcas
españoles ejercieron durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX
reducidos grupos de personas vinculados generalmente a la oligarquía agraria.
En la Restauración eran el último escalón de las clientelas políticas que
formaban los partidos del turno, quienes se ocupaban de dirigir el voto de las
personas de sus pueblos. El nombre de este sistema procede del término “caciques”,
notables locales cuyo nombre derivaba de los mediadores indios del Imperio
español en América.
Pucherazo:
Recibía
este nombre la manipulación directa de los resultados electorales.
Regeneracionismo:
Movimiento
ideológico surgido en España a finales del siglo XIX y comienzos del XX que
defendía la urgente renovación de la vida política y social española para poder
solucionar los problemas reales del país. Estuvo motivado fundamentalmente por
la pérdida de las últimas colonias en 1898. Sus principales representantes
fueron Joaquín Costa, Lucas Mallada y Macías Picavea, que denunciaron los males
del sistema político español (caciquismo rural y manipulación electoral,
analfabetismo de un importante sector popular, levas para sostener las guerras
coloniales, etc.) y proponían una serie de reformas para regenerar España
(reforma agraria, apoyo a la industria y la agricultura, reforma de la enseñanza,
descentralización política y administrativa, etc.). Entre sus defensores
políticos destacaron Francisco Silvela y Antonio Maura.
Partido
Conservador: En la época de la Restauración, se formó
sobre los restos del partido moderado y sectores de los constitucionales y
progresistas. La tarea no fue fácil, pues se trataba de conciliar a los
isabelinos con quienes habían echado del trono a la reina. Para ello, Cánovas
integró en su primer gobierno a isabelinos y revolucionarios del Sexenio.
El Partido Conservador
surgió de una reunión celebrada en el Senado en mayo de 1875 con 356 ex parlamentarios
de las monarquías de Isabel II y Amadeo de Saboya, con el fin de dar apoyo a
nuevo régimen de Alfonso XII. Como la mayoría de este grupo pertenecía a los
antiguos moderados, Cánovas optó por dar satisfacción a los sectores más
conservadores. La absorción plena de los moderados tuvo lugar en 1884, cuando
se integró en el partido la Unión Católica, de Pidal y Mon. De esta forma,
todas las fuerzas conservadoras estaban en un único partido; a la derecha solo
quedaba el carlismo.
Los conservadores defendían
el orden y los valores establecidos por la Iglesia y la propiedad.
Partido
Liberal: Fue el otro gran partido del sistema, aunque tardó más en
formarse. Su origen estaba en el Partido Constitucional, que fundaron Serrano y
Sagasta durante el reinado de Amadeo I. Lo integraban progresistas de derecha y
sectores avanzados de la Unión Liberal. Su bandera era la defensa de la Constitución
de 1869, aunque un grupo era proclive a colaborar con Cánovas.
En 1879 el Centro
Constitucional, dirigido por Alonso Martínez, se unió con el Partido Liberal y
se formó el Partido Liberal Fusionista con Sagasta como líder. Esta evolución
preparó el acceso al gobierno al año siguiente, con un programa que se resumía
en tres puntos: regeneración del sistema representativo, garantía de una
monarquía auténticamente liberal y que el rey usase de sus prerrogativas para
poner en práctica las reformas propuestas por el Partido Liberal. Este partido
representaba, por tanto, al sector reformista de la Restauración.
Los liberales abogaban por
las reformas sociales, la educación y un cierto laicismo.
Republicanos:
Defienden
la república como forma de gobierno. Tras el fracaso de la I República, el
republicanismo español dejó de ser un proyecto único. Tras la crisis de 1898
surgieron nuevos partidos republicanos. Hubo cuatro corrientes republicanas,
que entre 1893 y 1903 intentaron fusionarse sin éxito:
-
El Partido Posibilista o republicano
histórico de Castelar.
-
El sector dirigido por Ruiz Zorrilla y Salmerón.
-
El sector institucionista (Institución Libre
de Enseñanza y Krausismo) dirigido por Salmerón.
-
El Partido Federal liderado por Pi i Margall.
Nacionalistas:
Partidarios
de la autonomía o la independencia de algunas de las regiones de España. En la
etapa de la Restauración destacaron los nacionalismos catalán y vasco, y en
menor medida el gallego y el valenciano.
PRÁCTICAS
Características
del Sistema de la Restauración
Bases
-
La Constitución de 1876.
Sus rasgos principales son: la soberanía compartida rey-Cortes, el derecho de
sufragio (se dejaba pendiente al no precisar el sistema de votación) y el
Estado confesional (se introducía la libertad religiosa, aunque limitada a las
manifestaciones privadas).
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La monarquía.
Jugaba un triple papel: era expresión de la continuidad histórica, era la
garantía del orden social emanado de la revolución liberal, y era la piedra
angular del sistema.
-
El caciquismo.
Consistía en la influencia excesiva que en los asuntos políticos y
administrativos de pueblos y comarcas españoles ejercieron durante la segunda
mitad del siglo XIX y principios del XX reducidos grupos de personas vinculados
generalmente a la oligarquía agraria. En la Restauración eran el último escalón
de las clientelas políticas que formaban los partidos del turno, quienes se
ocupaban de dirigir el voto de las personas de sus pueblos. El nombre de este
sistema deriva del término “caciques”, notables locales cuyo nombre derivaba de
los mediadores indios del Imperio español en América.
Mecanismos
-
Sistema electoral.
Sistema de partidos: el Partido Conservador (Cánovas) y el Partido Liberal
(Sagasta).
-
Turnismo.
Consistía en el turno pacífico en el gobierno de los dos grandes partidos. Se
consolidó con la regencia de María Cristina de Habsburgo (1885-1902).
-
Fraude electoral.
Para lograr mantener el turnismo se recurrió al fraude electoral mediante dos
sistemas: el encasillado y el pucherazo.
Resultados
electorales al Congreso de los Diputados (1876-1899)
La tabla muestra la evolución
de la composición del Congreso desde 1876 a 1899, el número de diputados
obtenidos por las diferentes fuerzas políticas (monárquicos conservadores,
monárquicos liberales, republicanos y otros) en las distintas consultas
electorales.
El Partido Conservador, cuyo
líder era Antonio Cánovas del Castillo,
defendía el orden social y público, los valores tradicionales de la Iglesia y
de la propiedad. El Partido Liberal, cuyo líder era Práxedes Mateo Sagasta,
apostaba por las reformas sociales, la educación y un cierto laicismo. Los
partidos republicanos proponían la república como forma de gobierno.
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