LAS TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS DURANTE EL SIGLO XIX. 2º DE BACHILLERATO


En esta página encontrarás las actividades (documentos, resúmenes, preguntas teóricas, prácticas) propuestas en esta unidad.

1. Las transformaciones agrarias
Documento 1. Desamortización de edificios.
En el proceso desamortizador entraron monasterios y conventos que fueron destinados a cuarteles, hospitales, cárceles, nuevas calles y ensanches, plazas y mercados de nueva planta.

Documento 2. La Desamortización de Mendizábal.
Documento 3. La Desamortización de Madoz.
La desamortización de Mendizábal (1836) afectó, sobre todo, a las provincias de Sevilla, Madrid, Toledo, Salamanca, Zaragoza, Valencia...
La desamortización de Madoz (1855). El valor de la desamortización fue mayor en las provincias de Sevilla, Madrid, Toledo, Ciudad Real, Cádiz, Valencia...
A grandes rasgos coinciden ambas desamortizaciones. Si tenemos en cuenta la actual división en Comunidades Autónomas, se puede decir que ambos procesos desamortizadores afectaron especialmente a las regiones de Madrid, Andalucía, Castilla y León, Extremadura y Castilla-La Mancha.
Esto puede ser debido a que con la desamortización de Pascual Madoz se pusieron a la venta, además de los bienes de propiedad municipal o comunal, también todos los bienes nacionalizados previamente que eran propiedad eclesiástica. En esas provincias y regiones serían relativamente más numerosas las tierras propiedad de la Iglesia y de los municipios como consecuencia del tipo de repoblación llevado a cabo en la Edad Media, tras la Reconquista.

Documento 5. Rendimientos agrícolas en varios países europeos.
Entre los países europeos y España había grandes diferencias por lo que respecta al rendimiento por hectárea, fundamentalmente Reino Unido, Alemania y también Francia.
Así, en 1890, el rendimiento del trigo era en España de 7,6 quintales por hectárea, mientras que en el Reino Unido era de 25,3 y en Alemania de 17,1. En nuestro país la productividad de la agricultura era mucho menor, y eso a pesar de que con las desamortizaciones se habían puesto en cultivo gran cantidad de tierra abandonadas, con lo que la superficie cultivable había pasado de algo más de 20 millones de hectáreas en 1830 a 45 millones en 1900.
Esta situación puede ser debida, en parte al atraso de la agricultura española y en parte a la desigual distribución de la tierra en nuestro país, ya que a pesar de los dos procesos desamortizadores llevados a cabo en el siglo XIX, aumentó el número de grandes propietarios, y los bajos salarios del campo y el proteccionismo arancelario provocaron que la agricultura latifundista no considerara necesaria la introducción de maquinaria; se consolidó un sistema de producción basado en la agricultura extensiva y en el empleo de mano de obra asalariada.
 
Documento 6. La "Reforma Agraria Liberal".
Al conjunto de leyes desamortizadoras, iniciadas ya a fines del siglo XVIII, ha sido calificado como una "reforma agraria liberal". "Reforma agraria porque alteraba la distribución de la propiedad y ponía en circulación tierras sin explotar para su cultivo; "liberal" porque fueron los gobiernos liberales del siglo XIX quienes las llevaron a cabo y, además, se formó un grupo de grandes propietarios de esta ideología.
El proceso desamortizador fue la primera pieza de la transformación agraria del siglo XIX. Siguiendo el ejemplo de la Francia revolucionaria; desamortizar era nacionalizar los bienes de la Iglesia y de los municipios para luego ser vendidos en pública subasta. Los ingresos de estas ventas iban dirigidos al saneamiento de la Hacienda Pública.

Las consecuencias de esta gran proceso de nacionalización y venta de los bienes de la Iglesia y de los bienes comunales, fueron entre otras las siguientes:
. Aumentó el número de grandes terratenientes y de los latifundios. Los bienes desamortizados se vendieron sin ningún criterio distributivo, solo con el fin de obtener ingresos para el fisco y de la forma más rápida posible.
. Los campesinos pasaron a ser usuarios de bienes comunales o tierras de baja renta a pagar rentas más elevadas para su cultivo, dentro de una relación económica propia de la mentalidad capitalista (propietario-arrendatario-jornalero).
. Se pusieron en cultivo gran cantidad de tierras abandonadas. La presión demográfica exigía el aumento de tierras cultivadas y de la producción. La desamortización resolvió en parte el problema endémico de la carestía de alimentos, sobre todo de cereales.

Documento 7. Volumen total de las ventas de bienes desamortizados.
Se vendieron 13.252.635 fincas, lo que supuso unos ingresos para la Hacienda pública de  14.435.489  (miles de reales de vellón).
El dinero se empleó en reducir la deuda pública.

2. Industria y minería
Documento 8. Demanda de protección estatal a la industria española.
Javier de Burgos piensa que se debe proteger la industria porque considera que es la forma más rápida y segura de generalizar los beneficios.

Documento 9. Taller textil catalán a principios del siglo XX.
Es un taller tradicional porque se puede apreciar en él la relativa escasez de maquinaria, pues sólo hay varios telares y en cada uno hay una mujer, por lo que se puede deducir que se trata de telares manuales, no mecánicos.

Documento 10. Mecanización del sector textil.
La mecanización del sector textil se produjo de forma más intensa en la rama del algodón.

Documento 11. Fábrica de estampados en Barcelona a mediados del siglo XIX).
Esta imagen parece corresponder a un taller industrial. Si lo comparamos con el del Documento 9, éste es más grande, tiene más máquinas y menos mano de obra, lo que indica que se trata de una industria muy mecanizada.

Documento 12. La dependencia del carbón.
La fuente de energía de la primera revolución industrial fue el carbón, una energía capaz de mover las máquinas de vapor que se utilizaron en la primera fase de la industrialización. Según se desprende del documento se importaba desde Inglaterra, no se explotaba el carbón nacional. Aunque España ha tenido desde la Antigüedad gran riqueza mineral, durante el siglo XIX, la explotación se redujo a los yacimientos cercanos a los puertos. Era el caso del hierro de Vizcaya, Cantabria o Málaga, mientras que las minas del interior, -León o Teruel- apenas fueron trabajadas. A pesar de la riqueza de yacimientos, la minería española se mantuvo estancada durante casi todo el siglo XIX por varias razones: la ausencia de demanda por el atraso económico, la falta de capitales y de tecnología para su explotación, y la excesiva intervención del Estado, que frenaba la intervención extranjera.
Según Manuel Angelón, si un pueblo, en este caso el español, no explota los carbones propios carece de la independencia necesaria para asegurar el desarrollo de su industria y su comercio, depende del suministro desde el exterior, lo que constituye un grave problema, por la inseguridad en lo que respecta al abastecimiento de energía

Documentos 13 y 14. Minería, sectores industriales y distribución geográfica.
La industria siderúrgica se desarrolló especialmente en el País Vasco, Andalucía, Cataluña y Asturias.
La industria textil, en Cataluña, Valencia, Alcoy, Málaga y Béjar.
La industria alimentaria, en Santander, Castilla, Andalucía, Galicia, Aragón y Valencia.
Las nuevas industrias (química, conservera, remolachera, corchotaponera,...), en Cataluña, Madrid, Andalucía, La Rioja, Valencia...

3. Comercio y comunicaciones
Documento 15. Principales exportaciones de productos españoles.
Los principales productos exportados eran el vino, el plomo y el aceite, cuya evolución es positiva.

Documento 16. El born vell, obra de Martí i Alsina.

El comercio interior en la España del siglo XIX tenía problemas de dos tipos, naturales y fiscales. Los primeros tenían que ver con la deficiente comunicación del interior con la costa o de unas regiones con otras. Los segundos derivaban del sistema de aranceles y derechos de puertas, que gravaban gran cantidad de productos básicos cuando se transportaban del campo a la ciudad o de una provincia a otra.

Documento 17 Bodega de Jerez en el siglo XIX.

El vino tenía un peso muy importante en el comercio exterior español, ya que era el producto más vendido fuera de nuestras fronteras.

Documento 18. Primer sello postal de España (1850).

El uso del sello supuso una modernización del sistema de correos porque hasta entonces el destinatario era el que tenía que pagar la carta al funcionario de Postas según su peso y la distancia desde donde se había enviado.

Documento 19. Ley General de Ferrocarriles.

Los derechos y obligaciones que se concedían a las empresas constructoras se indican en los artículos 19 y 20.

Documento 20. Mapa de la red peninsular de carreteras y caminos.

La red de carreteras española era deficiente porque era una red básicamente radial, que dejaba extensas zonas sin comunicar, sobre todo en la periferia.

Documento 21. Botadura de un crucero en los astilleros de Bilbao en 1890.
Tanto la construcción de vías férreas como la importación de buques experimentaron un gran crecimiento entre los años 1848 y 1868.

Documento 22. Evolución de las vías férreas y de los buques de hierro.
La imagen muestra la botadura de un crucero en los astilleros de Bilbao en 1890 y los actos de celebración correspondientes.

4. La banca y el sistema monetario

Documento 23. Primeros  bancos españoles.
Los bancos españoles de este momento tenían las funciones de emitir billetes al portador, hacer giros, descuentos, préstamos, pero no negociar en efectos públicos.
El Banco Español de San Fernando acabó agobiado por la deuda del anterior Banco de Isabel II, que no recuperó los préstamos concedidos y llegó a la suspensión de pagos. Para salir de esta situación, la nueva Ley de Bancos de Emisión de 1856, promulgada durante el bienio progresista, lo rebautizó con el nombre de Banco de España.

Documento 24. Entramado financiero español tras la Ley de 1856.
La jerarquía del sistema financiero tras la Ley de 1856, se caracterizaba porque en un primer nivel se situaba el Banco de España, y en un segundo nivel surgieron los bancos de emisión, autorizados a emitir billetes, y los bancos de crédito, dirigidos a la inversión en negocios y actividades productivas.

Documento 25. Fachada del Banco de España, edificado entre 1884 y 1891.
A partir de 1874 el Banco de España era el único banco de emisión de billetes, es decir, monopolizaba la emisión de moneda.

5. El papel del Estado y de la empresa en la economía

Documento 26. Reforma tributaria Mon-Santillán.
En este sistema fiscal existían dos tipos de impuestos: directos (contribución territorial y subsidio industrial y de comercio) e indirecto (consumos). Estos últimos gravaban los productos de primera necesidad que entraban en las ciudades, lo que los hizo muy impopulares y origen de numerosas protestas sociales durante la segunda mitad del siglo.

Documento 27. Distribución del capital financiero español.

El capital se concentraba principalmente en Madrid, la capital del reino, seguida a mucha distancia por Barcelona. Esto era debido al dinamismo económico de estas dos ciudades.

Documento 28. El déficit crónico de la Hacienda.

El texto de Bravo Murillo describe el déficit crónico de la Hacienda española. El problema de la deuda pública subsistió durante todo el siglo. Los diversos intentos de sanear las cuentas del Estado acabaron fracasando y solamente cuatro años del siglo -1876, 1882, 1893 y 1899- conocieron superávit, es decir, los ingresos fueron mayores que los gastos. El fracaso de los remedios generaba un círculo vicioso en el que la deuda generaba más déficit, y este, a su vez, obligaba al Estado a emitir más deuda para pagar el déficit.



CONCEPTOS, PERSONAJES Y CORRIENTES POLÍTICAS

Desamortización
Dejar libres bienes amortizados (bienes que no podían ser objeto de compra o venta), mediante disposiciones legales, de modo que puedan ser vendidos o enajenados. Por ejemplo se conoce como desamortización de Mendizábal al conjunto de medidas promulgadas por esta político español en los años 1836-37 para declarar bienes nacionales y poner en venta los bienes y tierras que eran propiedad de la Iglesia, con objeto de resolver los problemas de la deuda pública y crear un mayor número de propietarios.

Libertad de comercio
Ausencia de obstáculos que impidan o regulen el acceso de los diferentes agentes a la actividad comercial. El principal de esos obstáculos es el intervencionismo del Estado.

Proteccionismo
Política económica que consiste en proteger los productos del país estableciendo limitaciones a la entrada de productos extranjeros a través de la imposición de aranceles e impuestos.

Reforma agraria liberal
Conjunto de leyes desamortizadoras iniciadas ya a fines del siglo XVIII.

Consumos
Impuestos sobre la compra de productos de primera necesidad.

Familia Ybarra
Familia empresarial que comenzó en el negocio siderúrgico en Vizcaya en 1827 y que desde 1860 se convirtió en Ybarra y Compañía, una compañía de gran peso en la economía vasca.

Hermanos Bonaplata
Propietarios de la fábrica de hilados y máquinas El Vapor, destruida en 1835 por la primera protesta contra las máquinas por parte de los obreros.

Osborne, Domecq, Terry
Familias francesas como los Domecq, inglesas o irlandesas como los Osborne, Garvey, Duff-Gordon, Terry o González-Byass monopolizaron la elaboración y venta de vinos olorosos (sherry) y finos en la zona de Jerez en el siglo XIX.

1848: Barcelona-Mataró
Primera línea ferroviaria construida en nuestro país. Se inauguró en 1848.

Ley de Bases de Minas
La Ley de Bases sobre Minas de 1868 y otras posteriores favorecieron el auge de la minería, coincidente con una expansión de la demanda por la construcción ferroviaria, la arquitectura del hierro, los nuevos aceros y la mecanización creciente de los procesos industriales.

Ley de ferrocarriles (1855)
Esta ley fue aprobada en la etapa del Bienio Progresista y se caracterizó porque estimuló la construcción de la red viaria básica, pues los progresistas eran decididos partidarios de este medio de transporte.

Reforma Món-Santillán
Con este nombre se conoce la reforma fiscal de 1845, que fue obra de Ramón de Santillán, primer gobernador luego del Banco de España, siendo ministro de Hacienda Alejandro Món. Constituyó un antes y un después en la historia de la Hacienda española. Los principios en que se basó esta reforma fueron los siguientes:
- Se simplificó el sistema impositivo, mediante el establecimiento de dos tipos de impuestos: directos (contribución territorial y subsidio industrial y de comercio) e indirectos (consumos). Estos últimos gravaban los productos de primera necesidad que entraban en las ciudades, lo que los hizo muy impopulares y origen de numerosas propuestas sociales durante la segunda mitad del siglo XIX.
- Se establecieron los presupuestos generales del Estado o cuentas públicas, por lo que desde entonces se pudo disponer de información, que antes era imposible conseguir, sobre lo que ingresaba y gastaba el Estado.
- Se adoptaron medidas para reducir la deuda pública, tras el escaso éxito del proceso desamortizador, ya que en la segunda mitad del siglo (1850-1890) el 27% de los gastos del Estado se destinaban a pagar los intereses de la deuda.

Implantación de la peseta
Tuvo lugar en 1868. Fue una de las medidas adoptadas por el gobierno provisional presidido por el general Serrano. Fue sustituida por el euro el 1 de enero de 2002.

Creación del Banco de España
Los orígenes del Banco de España datan de 1844, al fundarse dos nuevos bancos, el de Isabel II en Madrid y el Banco de Barcelona. La crisis financiera de 1847-1848 obligó al gobierno a fusionarlos en 1848 en el Nuevo Banco Español de San Fernando. Este, agobiado por la deuda del anterior Banco de Isabel II, que no recuperó los préstamos concedidos, llegó a la suspensión de pagos. Para salir de esta situación, la nueva Ley de Bancos de Emisión de 1856, promulgada durante el Bienio Progresista, lo rebautizó con el nombre de Banco de España.



PRÁCTICAS

12. Gráfica: Importaciones de algodón (1840-1876)
Se trata de un gráfico lineal que muestra las importaciones españolas de algodón desde 1840 hasta 1876. En el eje horizontal o de abcisas aparecen los años y en el eje vertical la unidad de medida en toneladas.
El gráfico muestra el enorme incremento de las importaciones españolas de algodón en la segunda mitad del siglo XIX. Hay que tener en cuenta que la industria algodonera fue la más desarrollada e innovadora en aquella época en nuestro país. Cataluña fue el centro de esta actividad fabril. Las razones de este avance se explican por el dinamismo económico iniciado ya en el siglo XVIII, la floreciente actividad comercial con América y su esplendor a fines de ese siglo, la abundancia de mano de obra, la mentalidad empresarial y la ayuda del proteccionismo, que alejó durante buena parte del siglo la competencia de los textiles ingleses.
El desarrollo industrial catalán se basó en la introducción a principios del siglo XIX de máquinas como las mulas, movidas por ruedas hidráulicas o máquinas de vapor. En 1835 tuvo lugar la primera protesta contra las máquinas por parte de los obreros, que destruyeron la fábrica de hilados y máquinas El Vapor, de los hermanos Bonaplata. Pero esto no frenó la expansión de la industria, favorecida por la introducción de las sefactinas, máquinas más efectivas que las anteriores, lo que provocó nuevas protestas en 1854. Hubo, pues, una progresiva mecanización del textil, pero nada comparable con los niveles de la industria británica.
La evolución de esta industria fue un reflejo de las circunstancias históricas. Tras la parálisis producida por la guerra de la independencia y la pérdida de las colonias americanas, se recuperó la fabricación de hilados en la década de los treinta. La etapa 1830-1855 fue de expansión, pero desde este último año se produjo una recesión por factores tan diversos como la desviación de capital hacia otras inversiones (ferrocarril, minas, banca) o el impacto de la guerra de secesión en Estados Unidos (1861-1865), el mayor productor de la materia prima, el algodón.
A partir de 1868 se produjo un periodo de recuperación, paradójicamente en el contexto de la depresión económica mundial de fines de siglo. Hubo un modesto aumento de la demanda favorecida por el reforzamiento del monopolio mercantil que España impuso a sus colonias en el Caribe: Cuba y Puerto Rico. La independencia de estas islas en 1898 tuvo efectos demoledores sobre esta industria, que permaneció estancada durante las primeras décadas del siglo XX.
Los industriales del textil catalán y los terratenientes castellanos o andaluces coincidieron en el apoyo a la política proteccionista; se oponían a la libertad de mercado, que amenazaba sus negocios, poco competitivos frente a los productos extranjeros. A cambio los fabricantes proporcionaron trabajo, animaron la demanda de fuentes de energía y dinamizaron la economía catalana, pero en el último tercio del siglo la crisis se tradujo en paro, tensión social y decadencia de la banca.

13. Composición de un texto: El fracaso de las ferrerías andaluzas por sus problemas de competitividad.
15. Composición de un texto:Ferrocarriles construidos entre 1848 y 1868.
Pese a la existencia de condiciones favorables, el proceso industrializador se inició en España con retraso con respecto a otros países de Europa occidental. La tardía incorporación de nuestro país a la revolución industrial se debió, fundamentalmente, a la escasez de recursos energéticos, humanos y tecnológicos, y también a la inestabilidad sociopolítica.
Hasta el último cuarto del siglo XIX la producción industrial española no experimentó un crecimiento continuo, apoyado, sobre todo, en el desarrollo de la siderurgia y la industria textil. La expansión de estas actividades se produjo en torno a unos focos muy localizados: Andalucía, Asturias, País Vasco y Cataluña, cuya localización estaba condicionada por la de las materias primas y la proximidad a los principales puertos.
Tardíamente, en relación con esos territorios, y debido a la expansión de la red ferroviaria y la necesidad de abastecer a una población creciente, Madrid se convirtió en un importante núcleo industrial, especializado en bienes de consumo. En el resto del país, los intentos de crear industrias modernas tuvieron un carácter aislado.
En el proceso industrializador tuvo un papel relevante el ferrocarril, que favoreció la constitución de un mercado nacional y, además, contribuyó de forma directa al desarrollo de la industria, en concreto de la siderúrgica.
El Estado también influyó en el desarrollo de la industria, al imponer medidas proteccionistas para favorecer la producción nacional; así, se potenció la creación de grandes monopolios, como, por ejemplo, Unión Explosivos, Altos Hornos, Papelera Española, etc.


14. Comentario: El ferrocarril español.
Valentí Almirall, autor del texto, critica la situación del ferrocarril en España. Denuncia que el ancho de vía utilizado en nuestro país es mayor que el empleado en Europa, que las compañías que trabajan en España son extranjeras y que incluyen en sus Consejos de Administración a numerosos políticos, a los que pagan sustanciosos sueldos.
Se puede deducir, por las críticas que realiza, que no pertenece al partido Conservador de Cánovas. Valentí Almirall fue el principal defensor del republicanismo federal catalán, dentro del modelo nacionalista catalán.

16. Composición de un texto: Decreto de Desamortización de Mendizábal
Desde agosto de 1835 hasta el mismo mes de 1837 se consumó la transición política hacia el sistema liberal, en cuyo proceso tuvo notable papel el propio Mendizábal, quien consiguió que María Cristina respaldara la causa progresista.
El nuevo gabinete afirmó la necesidad de una declaración de derechos del ciudadano y someter el gobierno al Parlamento, e integró a las juntas en las diputaciones provinciales creadas en aquel momento. Se reorganizó la Milicia Nacional con el nombre de "Guardia Nacional", y se planteó acabar la guerra en poco tiempo gracias a los ingresos que se obtendrían mediante la desamortización de bienes del clero, previamente nacionalizados.
La desamortización de Mendizábal consistió en la nacionalización por parte del Estado de las propiedades rústicas y urbanas de la Iglesia, que se vendieron después en subastas públicas a particulares. Con ello se pretendía crear una clase de nuevos propietarios adictos a la causa liberal y sanear la deuda pública, que superaba los 400 millones de reales en 1833 (la mitad del presupuesto del Estado de ese mismo año) para hacer frente a los gastos de la guerra carlista. Se concretó en el decreto de marzo de 1836, convertido en ley en julio de 1837: se cerraron 1000 conventos y se exclaustraron 30.000 religiosos.
Los planes de Mendizábal no dieron resultado, pues la guerra continuó y el intento de sanear la deuda fracasó. Ante esta situación, en las elecciones de febrero de 1836 los progresistas ganaron las elecciones, pero pronto tuvieron que dimitir y en mayo la regente nombró presidente a Istúriz, un progresista que contó para su gobierno con viejos liberales ahora moderados: Alcalá Galiano y Ángel Saavedra, duque de Rivas.

17. Comentario: La Desamortización de Madoz.
Tuvo lugar durante el bienio progresista (1854-56), en el primer gobierno, presidido por Espartero.
La Ley de 1 de mayo de 1855, que tomó el nombre del ministro de Hacienda Pascual Madoz, fue el segundo gran proceso desamortizador de bienes de la Iglesia, a los que se sumó la venta de bienes municipales, cuya venta dejó sin tierra a muchos campesinos. Esta nueva ley planteó serios problemas con la Santa Sede, después del Concordato de 1851, al entender el Estado español que tenía derecho sobre los bienes eclesiásticos. Incluso la reina se opuso a la ley, aunque la firmó a regañadientes. Su aplicación inmediata provocó levantamientos carlistas, empujados por el clero, y la Santa Sede rompió relaciones con España.
























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